viernes, 14 de marzo de 2008

Está Ahí


Está ahí. Lo busco. No lo veo, solo lo siento. Se acerca. Me susurra. Me roza. No lo veo, solo lo siento.
Está ahí, pero no lo encuentro. Lo percibo. Lo busco. Se esconde.
Se que está, puedo sentirlo.
Me abre caminos, los recorro, lo sigo. No puedo hallarlo.
Son laberintos, llenos de dudas, de dulces sensaciones. De pruebas exquisitas. Laberintos con calles espejadas, llena de luces y sombras. Con calles peligrosas, inciertas, tenebrosas. Inquietantes. Desconocidas. Atrapantes.
Y está ahí ocultándose en mil imágenes. En sus laberintos de espejos. En reflejos que lo desarman. Que lo transforman.
Y con ellos se fracciona. Se rompe. Se desvanece. Se desase. Se hace Nada.
Y está ahí y no está. Pero lo siento. Porque está ahí. Contemplándome. Invadiéndome. Indagándome. Observándome. Conquistándome. Penetrándome. Dominándome. Logrando que me entregue por completo.
Y soy suya, y me someto a sus caprichos, y me rindo a sus deseos, abandonándome al placer.
Porque no puedo dejar de sentirlo. Y no quiero dejar de buscarlo. Porque lo siento. Porque está ahí. Murmurándome. Provocándome. Desafiándome …